Tuve un sueño, ¿sabías? Soñé que el mundo se estaba acabando y que todos huían. No sé hacia dónde, pero huían. Padres, hijos, hermanos, todos juntos. Gritaban, lloraban, se ayudaban los unos a los otros, mientras el suelo rugía. Rugía y temblaba. Sólo yo no podía huir. Estaba en esta cama, sintiendo el mundo acabarse afuera, pero sin tener quien me ayudara a levantar. Sin embargo, estaba la luz encendida, como noche tras noche... ¿Te das cuenta de lo que eso significa?

jueves, 13 de enero de 2011

Marcos Behmaras: Para matarnos de la risa

Por MAYKEL REYES LEYVA


Tiempo atrás, en un texto publicado en esta misma revista, mencioné a varios autores reconocidos por nosotros por su tremendo talento para hacernos reír. Mencioné a los fallecidos H. Zumbado, Juan Ángel Cardi, Samuel Feijóo, y a los más recientes Francisco Chofre, F. Mond y Alberto Ajón León. Pero olvidé (error imperdonable) nombrar a uno de los pilares mejor consolidados de la narrativa humorística en Cuba. Se trata del dramaturgo, escritor y guionista Marcos Behmaras (1926-1966), una verdadera leyenda.

Fue Marcos Behmaras el primer guionista del popular espacio televisivo Detrás de la fachada, y el autor de ese libro que pudiera usarse como arma para matar a un hombre de la risa. Me refiero a las Salaciones del Reader´s Indigest, una imitación de las también populares Selecciones del Reader´s Digest. Dirigió el suplemento humorístico El Sable, del diario Juventud Rebelde, y fue hasta su muerte accidental el vicepresidente del ICR a cargo de la televisión. Había iniciado su carrera como libretista en la emisora Mil Diez del Partido Socialista Popular, pero su condición como dirigente le dio la posibilidad de dirigir emisoras de tanto relieve como Radio Progreso y Radio Habana Cuba. Para ese entonces ya había dado a conocer la revista clandestina Mella y creado personajes de historietas tan singulares como el perro Pucho y Supertiñosa (dibujados ambos por Virgilio Martínez), este último una caricatura “a lo cubano” del norteamericano Superman. 

Sergio Nicols, director y actor de la radio, aseguraba que Marcos Behmaras... “siendo jefe de programación se decidió hacer Radio Locura Mil Diez, que utilizaba efectos sonoros, personajes y trucos para producir risa. Marcos me trae un día un libreto relacionado con La Isla de las Cotorras, lo leí, le taché algunas cosas, pero había otras que eran interesantes. Este fue su primer libreto y a partir de ese momento comenzó a escribir este programa”. Surgió así el Behmaras que lograría hacerse sentir a través de la radio, la televisión y el teatro.
Para la primera escribió una serie policíaca (Héroes de la Justicia) y un programa de comentarios (Actualidad Mundial). Después de especializarse en guiones de suspenso, escribió para la televisión el espacio Tensión (además de crear otros programas como La Novela y Teatro, junto a un bloque de programas dedicado a los niños), hecho que lo ubicó como padre indiscutible de los dramatizados de continuidad para el medio televisivo. Incluso, en 1958 estrenó la telenovela Mamá, la que se mantuvo al aire durante casi dos años y medio, con índices de tele audiencia difíciles de superar. Otro de sus aportes, ya en desuso, fue la introducción del narrador en la televisión. Hasta esa fecha (y desde su invención por Félix B. Caignet), el narrador sólo se utilizaba en la radio. La primera vez que se recurrió a él fue en el programa Detrás de la fachada, con el personaje interpretado por Consuelito Vidal, quien comentaba y narraba situaciones que desarrollaban los actores, al tiempo que se mantenía invisible para ellos.

Para el teatro, otro tanto. En 1960 estrenó la obra La cortina de bagazo, que trataba sobre la visita a Cuba de un periodista yanqui que sólo conocía a la Isla por lo que había visto en las películas de Hollywood. Pero ya antes, en 1948, obtuvo una mención en el concurso ADAD con La muerte desembarca y había dirigido el grupo Teatro en 1951, con sede en la Sociedad Cultural Nuestro Tiempo. 

Los nombres de los personajes de sus textos son una muestra del sentido del humor de Marcos Behmaras: Tom Isaboy, Jack Bodrio, Creolina Zabaleta, Dolores Fuertes, Lily Palanquín, Megaterio González, Güinfredo Zeppelín, Polín Mechado (por Corín Tellado), Charles Ketchup, Goyito Pachorra, Pedro Vistilla, Hermenegildo Canallón Yarini, Ketty Guapachá, alias Sabor; Ciriaco Babilla, Margolis Mofeta, alias Bola de Churre; Ventajo Cambalache, Güindemaro Tardío, alias Cámara Lenta; Estreptococa Mapangre, alias la Serpiente; Quintiliano Despilfarro, Jenofonte Polilla, Hal Laporra, y así un sinnúmero más. Incluso los títulos de sus trabajos ya preparan al lector para lo que se avecina: ¿Puede el perro caliente vencer a los rusos? o Maltrata un negro a un pacífico ciudadano blanco. En Supertiñosa, el agente estrella de la CIA se nombra Pancho Tareco, y no es más que una burla al verdadero agente de los comics Clark Kent. 

Nacido en Jovellanos, Matanzas, vivió allí su niñez y parte de su adolescencia. Luego, se trasladó a la capital, donde se graduó de Contador en la Escuela de Comercio. Durante la dictadura de Batista, Behmaras fue detenido y fichado. Se había afiliado a la Juventud Socialista a los 17 años. En 1944 hizo circular la revista izquierdista Mella, donde ironizaba con sus escritos los temas más turbios de la política de entonces. Muchos de sus textos aparecieron sin firma. Fue en esta revista donde apareció por primera vez Pucho, el perro que tuvo la “gracia” de orinarse en Batista. Poco después del triunfo de la Revolución, se le dio la tarea de convertir Radio Progreso en una vía para satisfacer las crecientes necesidades populares. Lo mismo hizo cuando fundó, el primero de mayo de 1961, con Radio Habana Cuba.

Cuando murió, el 16 de noviembre de 1966 en un accidente automovilístico, Marcos Behmaras tenía sólo 40 años de edad.

1 comentario:

Unknown dijo...

quisiera digital el libro de salaciones, si lo tiene por favor enviarmelo a elizabethmp1990@yandex.com