Tuve un sueño, ¿sabías? Soñé que el mundo se estaba acabando y que todos huían. No sé hacia dónde, pero huían. Padres, hijos, hermanos, todos juntos. Gritaban, lloraban, se ayudaban los unos a los otros, mientras el suelo rugía. Rugía y temblaba. Sólo yo no podía huir. Estaba en esta cama, sintiendo el mundo acabarse afuera, pero sin tener quien me ayudara a levantar. Sin embargo, estaba la luz encendida, como noche tras noche... ¿Te das cuenta de lo que eso significa?

viernes, 12 de junio de 2015

Cuba y el misterio del Triángulo

Por MAYKEL REYES LEYVA 



Poco o casi nada se sabe sobre el vínculo directo que existe entre la isla de Cuba y ese misterioso lugar que la leyenda moderna dio en llamar El Triángulo de las Bermudas. 
El Triángulo de las Bermudas (conocido así a partir de la desaparición de seis aviones de la Marina estadounidense y sus tripulaciones, el 5 de diciembre de 1945) hace referencia a una zona que se extiende desde las Bermudas, por el norte, hasta el sur de la Florida; va hacia el este, hasta un punto a través de las Bahamas, más allá de Puerto Rico, y luego regresa hacia las Bermudas. Su fama se debe al alto porcentaje de pérdidas inexplicables de aviones, barcos y pequeños botes, la mayoría desde 1945, sin que hasta ahora se le haya podido dar una explicación definitiva. 
Así, pues, podemos mencionar la desaparición, el 28 de octubre de 1824, del Wild Cat, un buque estadounidense en ruta desde Cuba hacia la isla Thompson, con catorce hombres a bordo. 
Luego, en 1840, un navío francés, el Rosalie, fue hallado con las velas desplegadas, la carga intacta y todo el personal desaparecido, en su ruta desde La Habana a Europa, con sólo un canario a bordo. 
En octubre de 1902, el Freya, un buque alemán de tres palos, fue encontrado poco después de zarpar desde Manzanillo. Tampoco había nadie a bordo, pero el calendario de la cabina del capitán señalaba el día 4, es decir, el día siguiente al de su salida. 
En 1924, un carguero japonés llamado Raifuku Maru, envió un mensaje radial pidiendo ayuda en algún punto entre las Bahamas y Cuba. Nunca más se supo de él. 
En 1925 el vapor Cotopaxi se desvaneció en su ruta desde Charleston hacia La Habana. Y el 22 de octubre de 1944, el Rubicón, un carguero cubano, fue encontrado por la Guardia Costera norteamericana flotando vacío en la Corriente del Golfo. A bordo sólo encontraron un perro. 
Muchas son las teorías esgrimidas por científicos y estudiosos para tratar de explicar estas y otras desapariciones dentro del Triángulo de las Bermudas, teorías que van desde la piratería hasta la abducción por parte de seres extraterrestres, pasando por maremotos, hundimiento por la mala disposición de la carga, y hasta trastornos del tiempo y el espacio. Sin embargo, ninguna de ellas parece explicar estos casos relacionados con Cuba. 
En el caso de la barcaza alemana Freya, con rumbo hacia varios puertos de Chile, también apareció a la deriva sin tripulación. Para solucionar su misterio se menciona el hecho de un violento terremoto acontecido en México por aquellos días, que bien pudo generar una enorme ola, barrer a la tripulación y volcar parcialmente la barcaza. (Cuando se le encontró, navegaba escorada). Luego, ya con el mar en calma, la propia embarcación fue capaz de recuperar, a medias, su posición normal. Pero esto no explica por qué las páginas de su calendario de viaje fueron arrancadas hasta la fecha del 4 de octubre. 
En cambio, con el paso del tiempo, algunos de los casos más famosos de desapariciones dentro del área del Triángulo de las Bermudas han terminado por tener una explicación racional. Ejemplo de ello es el del carguero japonés Raifuku Maru. Investigaciones posteriores indican que desapareció en medio de una fuerte tormenta, ante la vista de los guardacostas que iban en su auxilio. Es decir, sin intervención extraterrestre o de puertas dimensionales, lo cual no disminuye el encanto de que el nombre de Cuba se mantenga ligado al de un sitio de tan dudosa fama.

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