Tuve un sueño, ¿sabías? Soñé que el mundo se estaba acabando y que todos huían. No sé hacia dónde, pero huían. Padres, hijos, hermanos, todos juntos. Gritaban, lloraban, se ayudaban los unos a los otros, mientras el suelo rugía. Rugía y temblaba. Sólo yo no podía huir. Estaba en esta cama, sintiendo el mundo acabarse afuera, pero sin tener quien me ayudara a levantar. Sin embargo, estaba la luz encendida, como noche tras noche... ¿Te das cuenta de lo que eso significa?

sábado, 14 de noviembre de 2015

Agradecimiento

El viejo se lanzó a cruzar la calle sin mirar. Daba tumbos de borracho. No sé si lo estaría, sólo digo que lo parecía. Un carro venía con el intermitente encendido, avisando de que iba a doblar. El anciano ni cuenta se dio. Un muchacho que caminaba un poco más atrás se percató y le dijo al viejo:
-Cuidado, padre.
Pero no lo oyó. Ya casi alcanzaba el medio de la calle cuando el muchacho le gritó:
-¡¡Cuidado!!
El viejo se detuvo en seco, sobresaltado. No por el carro, por el grito. El auto dobló la esquina, rozándolo. El joven apresuró el paso y le dijo al viejo:
-Oye, mira pa los laos que te van a matar.
El viejo se desbocó.
-¿Quién pinga me va a matar a mí? ¿El culo tuyo?
El muchacho dio dos o tres pasos antes de mirar por sobre el hombro. Yo venía atrás. Me dijo:
-Qué viejo más singao este.
Le sonreí levemente, dándole la razón.

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