(XXI)
Poemas
que aplastan poemas
sexos
que se lamen contra el tiempo.
El
picaporte
es
el final seguro.
(XXII)
Desde
aquí
veo
pasar
el mundo.
Y
una nube.
(XXIII)
Esos
perros
que
juegan
a
inventarse
un
mundo sin humanos.
(XXIV)
La
voz del alma
gritando
quiebra
la
silueta tranquila del barrio.
(XXV)
Nadie
podrá
verte
desgraciadamente
con
los ojos abiertos.
(XXVI)
Esa
sopa
de
estrellas
sobre
nosotros
que
no somos nada.
(XXVII)
No
todo se esfuma.
A
veces
quedan
los
recuerdos.
(XXVIII)
Estas
criaturas
con
rostro de demonios
que
sueles llamar
personas.
(XXIX)
Doble
rostro
abarcando
las
calles
de
mi impotencia.
(XXX)
Más
allá
qué
habrá
quién
pensará
en nosotros.
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