(XXXI)
Estas
manos mías
que
son
espejos
y
barrancos.
(XXXII)
Es
la guerra del tiempo,
mi
equipaje
es
sólo un nido de arañas.
(XXXIII)
No
me hables de telarañas,
mi
cabeza
está
llena de ellas.
(XXXIV)
No
registres mi tumba
para
hallar la voz.
Este
enigma
proviene
de los siglos.
(XXXV)
Mi
sombra
contraída
sobre
el hombro
de
una barca a la deriva.
(XXXVI)
Triste
decadencia del humano
que
no sabe
a
dónde irá a parar
ni
le importa.
(XXXVII)
He
aquí
la
voz
incongruente
de
uno que no dice nada.
(XXXVIII)
Podría
decir
que
son sueños
pero
quién me va a creer
que
tienen vida.
(XXXIX)
Como
las figuras
de
Nazca,
sólo
desde el aire
─enigmáticas─.
(XL)
Un
trozo de luz
un
quejido
un
volcán
sin
alma.
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