Tuve un sueño, ¿sabías? Soñé que el mundo se estaba acabando y que todos huían. No sé hacia dónde, pero huían. Padres, hijos, hermanos, todos juntos. Gritaban, lloraban, se ayudaban los unos a los otros, mientras el suelo rugía. Rugía y temblaba. Sólo yo no podía huir. Estaba en esta cama, sintiendo el mundo acabarse afuera, pero sin tener quien me ayudara a levantar. Sin embargo, estaba la luz encendida, como noche tras noche... ¿Te das cuenta de lo que eso significa?

jueves, 9 de julio de 2015

La marioneta



Por MAYKEL REYES LEYVA


Una mañana, al despertar, descubrió en una de sus muñecas (la derecha) un fino cordel que iba directamente al Tiempo. Lo primero que hizo fue preguntarse cuándo se lo habían amarrado, pero luego de pensar en el asunto no se pudo contestar. Sin darle más importancia se preparó para los trajines del día. Al intentar ponerse la corbata, halló que tenía otro hilo atado al cuello y que éste, definitivamente, iba derecho a la Religión. No se preocupó. De seguro aquello sería la broma pesada de alguien. Salió rumbo al trabajo sin pensar más en esto. Pero al intentar subirse al taxi descubrió un tercer hilito amarrado a su otra muñeca (la izquierda) y que iba hacia la Política. No recordaba haber visto esa madeja en toda su vida, y por el color amarillo que poseía era evidente que había envejecido ligada a él. Al mirar el reloj se percató de que si no se apuraba podría llegar tarde. Al entrar en su oficina y querer sentarse tras el buró, halló el cuarto hilo hecho un nudo a uno de sus tobillos y que iba exactamente hacia el Destino. Empezó a alarmarse; ya la broma le parecía bastante pesada, pero en ese instante llamó el director por la línea dos y tuvo que contestar. Más tarde, a la hora de la merienda, se levantó y casi se enreda con aquel quinto cordel colocado a su otro tobillo y que iba irremisiblemente hacia su propia Vida. Para ese entonces ya no aguantó más y comenzó a dar gritos de espanto. Trató de romperlos con los dientes y con las manos, pero fue inútil. Desesperado, buscó unas tijeras y cortó sin pensar aquella terrible pesadilla. Pero el sexto hilito, el que se hallaba atado a su cerebro, iba directo a la Muerte... 

Todavía la policía investiga las causas del suicidio.

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