Por MAYKEL REYES LEYVA
De todas las hipótesis existentes sobre cuál puede
ser el origen de los ovnis, la más difundida en todo el mundo es la hipótesis
extraterrestre (HET). En ella se da a conocer el grado de posibilidad de que
los No Identificados sean tripulados por seres que no son del planeta Tierra,
tengan o no formas humanoides. Cabe que en uno de los miles de millones de
sistemas solares que vagan por el espacio, haya uno o varios planetas habitados
por seres inteligentes o no. Pero, por supuesto, si apostamos la HET debemos
suponer que estos seres son intelectualmente capacitados y que poseen, en estos
momentos, una tecnología mucho más avanzada a la que poseemos nosotros.
Otra de las hipótesis nos aclara que los ovnis
pueden tener su origen fuera de este Universo, es decir, en un Universo paralelo,
no físico, no visible. Me refiero a Universos físicos como el nuestro, pero con
la diferencia de que no podemos verlos ni registrarlos, aunque estén ocupando
el mismo espacio y el mismo tiempo que el nuestro, sólo que sometidos a ritmos
y vibraciones atómicas diferentes a las que conocemos. Por esta misma razón,
nuestro Cosmos puede permanecer invisible para muchas de las posibles
civilizaciones que se hallen en dichos Universos paralelos y que aún no hayan
alcanzado suficiente nivel técnico o espiritual como para descubrirnos y viajar
hasta nosotros.
Otra teoría a analizar es la de los intraterrestres.
No son pocas las leyendas que hacen mención a una antigua civilización que
puede estar habitando el interior de la tierra. Estas leyendas marcan la ciudad
subterránea en algún punto del Tíbet y se piensa que varias personas han tenido
contacto directo con estos seres, adquiriendo así conocimientos muy adelantados
para su época. Se dice que los intraterrestres no tienen ningún interés en
nosotros, pero que nos estudian en detalle con el propósito de poder evitar, en
el momento preciso, cualquier catástrofe que seamos capaces de provocar sobre
la naturaleza y, por supuesto, sobre el planeta en general. Si estas criaturas
fuesen más inteligentes que nosotros y poseyeran una tecnología mucho más avanzada,
podrían tener los ovnis bajo tierra, utilizarlos solo cuando lo creyesen
necesario, y lo harían desaparecer sin que ninguno de los radares que apuntan
hacia el espacio puedan captar sus maniobras.
La siguiente teoría señala hacia el fondo del
océano. Cuentan los alemanes que durante la II Guerra Mundial observaron
objetos luminosos que pasaban a velocidades supersónicas por los costados de
sus submarinos, provocando que los equipos se volviesen locos durante breves
instantes. Cabe la posibilidad que una raza de seres inteligentes y acuáticos
haya hecho nacer y crecer una civilización mucho más equilibrada que la que
poseemos nosotros. Algunos testigos afirman que los ovnis vistos en determinados
sitios han surgido del mar o viceversa, es decir, han desaparecido en el mar.
Por último, están los denominados viajes por el
tiempo. Existe la posibilidad de que esos objetos voladores provengan de un
futuro muy lejano. Eso explicaría, en parte, el hecho de que sus tripulantes
hayan sido descritos por los supuestos testigos como semejantes a nosotros. En
nuestros días se están construyendo aviones cada vez más parecidos a los ovnis
y se están llevando a cabo en diferentes países experimentos para crear un
mecanismo que nos permita viajar por el tiempo. Si los hombres del futuro
hubiesen conseguido crear objetos voladores tan sofisticados y, además, de
inventar la máquina del tiempo, lo lógico sería que viajasen al pasado con el
propósito de estudiar “en vivo” los procesos históricos acaecidos durante la
evolución del Hombre.
Para finalizar, un detalle. No puede obviarse la posibilidad de que los ovnis tengan como respuestas todas las hipótesis aquí planteadas. Esa podría ser una de las explicaciones que nos aclaren por qué tienen formas distintas y por qué los seres que los tripulan, en los diferentes casos, poseen fisonomías disímiles entre sí.
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