Tuve un sueño, ¿sabías? Soñé que el mundo se estaba acabando y que todos huían. No sé hacia dónde, pero huían. Padres, hijos, hermanos, todos juntos. Gritaban, lloraban, se ayudaban los unos a los otros, mientras el suelo rugía. Rugía y temblaba. Sólo yo no podía huir. Estaba en esta cama, sintiendo el mundo acabarse afuera, pero sin tener quien me ayudara a levantar. Sin embargo, estaba la luz encendida, como noche tras noche... ¿Te das cuenta de lo que eso significa?

martes, 16 de junio de 2009

Dios mío, no lo van a creer

Por: Maykel Reyes Leyva


Lejos de lo que pueda pensarse, no sólo en el mundo de los militares se ha intentado cubrir el fenómeno ovni con el manto del silencio. Increíble que parezca, también en el mundo científico ha sucedido otro tanto. Veamos algunos ejemplos claros de esto:
El 22 de octubre de 1780, durante un eclipse total de Luna, el astrónomo William Herschel , observó varios puntos redondos y brillantes sobre el disco lunar y sus cercanías. Con posterioridad volvió a observarlos en los años 1783, 1787 y 1821. Algo semejante ocurrió el 7 de agosto de 1869 cuando el profesor Swift, de Matton (Illinois), observó durante un eclipse solar varios objetos cruzando la superficie de la Luna justo veinte minutos antes de la fase total. Los profesores Hines y Zentmayer, en Europa, le comunicaron al LES MONDES de París, haber visto también dichos objetos. Estos avistamientos de no identificados sobre la superficie lunar es un hecho que ha venido repitiéndose reiteradamente desde la invención del telescopio. Este hecho se conoce con las siglas en inglés LTP (Lunar Transient Phenomena ).

El 20 de agosto de 1948, el astrónomo Clyde Tombaugh , estando en compañía de su esposa e hija, vio un ovni. Según su propia declaración: “Distinguí súbitamente en el cenit de seis a ocho rectángulos luminosos, cuyo conjunto formaba una figura rigurosamente rígida. Aquellos rectángulos emitían una violenta luz de color verde, y bien pronto mostraron ser los ventanales de una nave sin alas, ligeramente luminosa”.

El 11 de junio de 1954, el selenógrafo inglés Sir Percy Wilkins , pudo ver desde su avión en Virginia Occidental dos objetos brillantes, ovalados, de bordes muy nítidos, que parecían suspendidos o cerniéndose sobre las cimas de dos masas de cúmulos particularmente imponentes, cuyos lados estaban oscurecidos.

Varios astrónomos barceloneses pudieron contemplar entre los días 14 y 21 de junio de 1959, una sombra elipsoidal desplazándose de Sur a Norte sobre el disco de la Luna. Según los cálculos realizados durante los siete días que duró el avistamiento, el objeto se movía a unos 2000 km/h y debía tener un tamaño aproximado de 35 kilómetros.

Una noche del año 1961, el matemático, astrofísico y doctor en informática Jacques Vallée y otros astrónomos franceses, registraron un ovni del que lograron obtener once coordenadas. El astrónomo a cargo confiscó y borró la cinta magnética en la que se grabó el avistamiento, antes de que la información pudiera ser pasada a la computadora, hecho éste que le demostró a Vallée la real existencia de un complot para silenciar el fenómeno ovni.

El 4 de junio de 1965, el astronauta James McDivitt pudo ver y fotografiar desde la nave Gémini-4, mientras se hallaba orbitando sobre la Tierra, un objeto al que no pudo identificar. En el informe que hizo de los hechos, dejó por escrito: “En ese tiempo vi, como dije, que había algo extraño frente a mí, fuera de la nave, que no pude identificar y nunca podré hacerlo, y no creo que nadie pudiera. Mi compañero Ed White estaba durmiendo. La nave tenía todos sus sistemas de control de vuelo desconectados, así como todo el equipo eléctrico, excepto la radio”.

Ese mismo año, pero el 21 de agosto, los astronautas Gordon Cooper y Charles Conrad, desde la cápsula espacial Gémini-5, fotografiaron al menos tres ovnis en el transcurso de su octava órbita al planeta.


Según Neil Armstrong , los extraterrestres poseen una base en el satélite de la Tierra. Él y Edwin Aldrin aseguran haber visto ovnis en su alunizaje el 21 de julio de 1969, a bordo de la Apolo 11. Otto Binder, entonces empleado de la NASA, refiere en relación con el hecho el siguiente diálogo captado por sus equipos de VHF, entre la nave Apolo y la Tierra:

NASA: ¡Control de la misión llamando a Apolo! ¿Qué pasa ahí?

APOLO 11: Estos bebés son muy grandes, señor. ¡Enormes! ¡Dios mío, no lo van a creer! Les digo que hay otra nave espacial al otro lado del cráter. ¡Están en la Luna, observándonos!

Desde el Centro de OVNIs, en Moscú, Vladimir Asaza ratificó haber escuchado el diálogo y acusó a la NASA por censurar el mismo, así como un filme a color tomado desde el módulo. Maurice Chatelain, ex jefe de Comunicaciones de la NASA, afirmó: “Todos los Apolo y Gémini fueron seguidos por extraterrestres, los astronautas lo informaban al Centro de Control, pero este ordenaba silencio absoluto”.


Pero no sólo los norteamericanos han tenido este tipo de experiencias. Se dice además que los soviéticos habían efectuado misiones espaciales tripuladas y secretas con resultados trágicos, antes y después del lanzamiento de la Vostok I, piloteada por Yuri Gagarin el 12 de abril de 1961, vuelo que es reconocido oficialmente como el primero de la humanidad en la exploración del espacio extraterrestre. Se asegura que el cosmonauta Serenty Shibora desapareció con su cápsula el 12 de febrero de 1959. El 11 de abril de 1961, Vasili Valayen corrió la misma suerte. Otros dos cosmonautas, esta vez un hombre y una mujer, desaparecieron en las mismas circunstancias el 17 de mayo de 1961, después de mantener con el cosmódromo de Baikonur un diálogo donde mencionaban la alteración del curso de la nave y la presencia de algún objeto sorprendente junto a ellos. Este diálogo también fue captado por radioaficionados de Alaska y Hawai. Por otra parte, el cosmonauta Valey Bykovsky tuvo un encuentro con un ovni que persiguió la cápsula en la que viajaba –otra nave Vostok. La Agencia Espacial soviética no hizo comentarios, pero el periódico PRAVDA publicó el incidente.

Como hemos visto, cosmonautas y reconocidos astrónomos también han visto ovnis. Y créanme que estas personalidades son las menos indicadas para confundir el planeta Venus o la caída de meteoros con los no identificados.

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